sábado, 26 de febrero de 2011

Ruben Ulaneo renunció a la vicepresidencia de la FUA

Entrevista


Un año y tres meses después, Ruben Ulaneo presentó su renuncia a su cargo de vicepresidente en la Federación Uruguaya de Ajedrez (FUA).

Además, le comunicó a la comisión directiva del club al que pertenece, Club de Ajedrez Paysandú (CAP), que también abandonaba su cargo de vicepresidente de la institución sanducera.

La noticia llegó el jueves, cuando faltaban nueve meses para que el presente consejo directivo concluya el gobierno del ajedrez uruguayo, en un período que comenzó en diciembre de 2009 y que finalizará en diciembre de este 2011.

Consultado sobre la decisión, Ulaneo sintetizó las causas en problemas de salud, necesidad de dedicarle más tiempo a su familia y a la práctica del ajedrez.

Dijo que de todos los consejos directivos de la FUA que conoció, el electo en 2009 (integrado además por Bernardo Roselli, Sebastián Perdomo, Esteban Jaureguizar y Marcelo Lanzilotta) ha logrado cosas que nunca se habían logrado antes, y citó como ejemplo el viaje a los Juegos Olímpicos de Siberia en 2010.

Mencionó la decisión adoptada de no enviar al equipo femenino a Siberia, el apoyo a Kirsan Ilyumzhinov, el proyecto de ajedrez en las escuelas de tiempo completo, no descartó la posibilidad de volver a la FUA en el futuro, opinó que hay mucha crítica "destructiva" y que con eso se está "matando" a la dirigencia del ajedrez en Uruguay y dejó como asunto pendiente haber podido obtener más recursos para desarrollar el ajedrez de competencia en Uruguay.

—¿Por qué renunció a la FUA?
— Renuncié casi simultáneamente al Club de Ajedrez Paysandú (CAP) y a la Federación. Fue por un tema personal. Hace unos meses que venía pensando sobre qué quería hacer de mi vida ajedrecística y de mi vida personal. Tuve una charla con el médico de la empresa en la que yo estoy, y en este momento tengo un grado de colesterol alto que pone en riesgo al corazón. El médico me dijo que tenía que dejar algunas cosas estresantes. Todo lo que significó este último año en el ajedrez ha sido bastante estresante. Tenés que dedicarle tiempo y realmente se lo dedicás de forma gratuita, solamente con la satisfacción y el hecho de poder colaborar y hacer algo. Voy a ver si puedo recuperar un poquito mi actividad personal y si puedo jugar un poco de ajedrez, dedicarle ese tiempo que le estaba dedicando a la parte directiva y ver si puedo volver al tablero en mejores condiciones. El tema es de salud y de dedicarle un poco más de tiempo a mi señora. Mis chicos son grandes y comprenden.

—Más allá de la advertencia del médico, ¿ya venía pensando en la posibilidad de dejar su cargo?
—Antes de eso venía pensando por un tema de tiempos y de poder hacer algo de ajedrez. Que mi actividad no fuera en la faz directiva sino poder jugar. Antes yo participaba en más torneos durante el año. Ahora prácticamente no juego nada.

—O sea que la renuncia ya es definitiva.
—Por lo menos por un tiempo, lo que no quiero hacer es participar en una actividad que te lleva a tomar decisiones, a estar en la mira de mucha gente, porque es así. Cuando uno decide integrar este tipo de actividad y pertenecer a una federación, no a un club, ya pasás a ser una persona pública en el ambiente en el cual te manejás. Como tal, estás expuesto a críticas, que son siempre valederas, ya sean a favor o en contra. Hay que sacar lo positivo de las críticas. A través de eso uno tiene sus momentos de tensión. Creo que yo soy el mayor de los miembros del consejo. Dentro del consejo, este año he dedicado mucho de mi tiempo al ajedrez y he dejado un poco de lado lo del CAP. De todos los consejos que he conocido creo que este es el consejo en el que mejor se ha trabajado a nivel grupal. Se sigue trabajando y se están logrando cosas que nunca se habían logrado. Por ejemplo, el ajedrez con los escolares y el intento de incluir el ajedrez como una materia fija dentro de la educación escolar nacional. También en el sentido de tener un ajedrez competitivo importante. Me da pena dejarlo porque me llevo muy bien con todos los muchachos; Bernardo, Esteban, Marcelo, y Perdomo es un chico joven que ha crecido muchísimo. Es importantísimo que la gente nueva valore todas esas cosas. La gente debería arrimarse más a la FUA y colaborar con todo lo que se hace. Hay gente que opinará a favor o en contra de decisiones que se tomaron y que a veces no parecen buenas. Lo apoyamos a Kirsan, no lo apoyamos a Karpov. Esa fue una decisión muy difícil de tomar. Fue tan difícil como no enviar a un equipo femenino a la Olimpíada.

—¿Cuál le parece que es el principal aporte que usted ha hecho a la FUA en este año y tres meses?
—Eso no lo puedo decir yo. Creo que el aporte lo hacemos todos. Todos aportan tiempo, desgaste. Mañana falta uno o falta otro y va a haber gente que va a estar para trabajar. Los que más tienen que arrimarse y saber lo que sucede son los jóvenes. Lo que se puede hacer y lo que no se puede. Doy un paso al costado en un momento en el que creo que hay cosas que se están haciendo muy bien. Bernardo es un tipo que realmente ha hecho cosas que a veces… estamos hablando del mejor jugador de Uruguay que está radicado en el país. Hay cosas que no les corresponde hacer pero las están haciendo igual. Los aportes los están haciendo ellos. Esteban está trabajando con el ajedrez escolar; Marcelo es un tipo muy inteligente que tiene muchas conexiones y ha hecho aportes importantísimos. Esas cosas hay que valorarlas.

—¿Qué otros aportes hechos por la FUA puede mencionar?
—Haber podido enviar a la Olimpíada un equipo serio de ajedrez y con un entrenador que entrene, no con un entrenador que vaya con el nombre nada más, me parece que ha sido una de las cosas más importantes en el ajedrez de competencia, donde se ha hecho un logro que Uruguay nunca había tenido.

—¿Qué le quedó en el tintero?
—Siempre quedan cosas en el tintero. Capaz que dentro de tres, cuatro o cinco años, cuando me jubile, pueda estar nuevamente. Lo que me hubiese gustado es que se hubieran podido conseguir los recursos para que pudiera haber un ajedrez competitivo de mayor envergadura y un programa de educación ajedrecística para los jóvenes.

—Yendo un año y tres meses para atrás, ¿por qué decidió meterse en el consejo directivo de la FUA?
—Por el hecho de que tanto Enrique Celi como Carlos Milans habían tomado la decisión de no continuar al frente de la FUA. Como club de ajedrez, el CAP había tomado una posición de que si había que formar parte de alguna lista íbamos a hacer un aporte directo y no sólo el aporte que el CAP hace por el hecho de organizar algunos torneos y tratar de estar siempre presente, como deberían estar todas las instituciones. Yo me ofrecí entre las personas que podían hacer ese trabajo. Empezó por ahí. Y creo que lo de Bernardo fue algo similar. A veces las listas se forman por decantación. Creo que estamos matando a toda la dirigencia del ajedrez porque generalmente se critica en forma destructiva a la gente que está tratando de hacer algo, que además es gratuitamente.

—Usted ya había integrado consejos directivos de la FUA, ¿verdad?
—No, nunca.

—¿Nunca?
—Había integrado algún tribunal arbitral, pero consejo directivo no.

—Recién mencionó que hay mucha crítica destructiva. ¿De dónde proviene?
—No voy a dar nombres porque no vale la pena. Generalmente son personas, no instituciones. El tema es cómo se ve el ajedrez. El ajedrez empieza por algo social, que debe empezar en la etapa escolar –y si se puede antes, mejor–. De ahí en más hay que hacerlo crecer. Si no termina como si fuera una clase de historia. Y para la mayoría va a terminar así, como una clase de historia.

—¿Quién va a ocupar el lugar que usted deja vacante?
—La verdad que no sé. Eso se lo tenés que preguntar a los miembros del consejo. Yo ahora estoy haciendo algún aporte fuera de lo que es ser un miembro del consejo. Quiero bajar la pelota al piso y tranquilizarme.


Federico Viñas

Extraído de TABLERO DE PAPEL - 25.02.11

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